Algunos de los mejores vinos de España se elaboran en las bodegas de Lanzarote. Vinos blancos, vinos tintos, vinos dulces o semidulces.
LA FORMA MÁS ESPECIAL DEL MUNDO DE CULTIVAR VIÑAS Y HACER VINO.
Coincidiendo con la vendimia en la Península Ibérica, queremos hablaros de la más temprana de Europa. La que se celebra en la isla de Lanzarote en el mes de julio. La primera vendimia de cada año. Para conocer de cerca sus características nos hemos ido a la bodega más antigua de Canarias y una de las más antiguas de España; Bodegas El Grifo que data de 1775.

La verdad es que la naturaleza no tenía previsto que hubiese vino en Lanzarote. No es normal encontrar viñas por debajo de los 30º de latitud norte. Y si las encuentras, es a alturas elevadas sobre el nivel del mar. Tampoco crece la vid con regímenes pluviométricos tan escasos como los de esta isla.
Se produce una especie de ingeniería del agricultor en conjunción con la naturaleza, que hace posible el milagro de obtener un vino de alta calidad donde no se esperaba tener ninguno. Todas las características de su cultivo, a las que se añade la imposibilidad de mecanización, hacen que el factor humano sea de gran relevancia en estos caldos.

Ocurrió que la NATURALEZA , que disfrutaba de playas estupendas y otras maravillas, se acabó enfadando por no tener vino en Lanzarote para completar su dicha. Y estalló con furia e ira en 1730 en forma de un volcán que estuvo activo hasta 1736, cambiando la configuración de la isla y su morfología al cubrir una gran superficie de ceniza y lava seca. A esas cenizas y lava en forma de una gruesa arena negra le dicen los isleños el “picón” y su presencia define y conforma la zona de viñedos.

Cuatro son las maneras de cultivar las cepas en Lanzarote y en todas hay presencia de hoyo y muro. En “chaboco” un gran agujero en la roca, en hoyo, perimetral y en hilera. En todas ellas las plantas viven entre el picón. Y en todas ellas hay que descender para alcanzar la vid una a una, doblar la espalda, cortar los racimos y cargar en cajas de no más de 20 Kg para que la uva no se aplaste. Volver a subir, volver a bajar…. En Lanzarote en pleno mes de julio, la vendimia se suda y se sufre.
La ceniza volcánica, el alisio, el hoyo y el muro, unas cepas de pie franco anteriores a la filoxera, junto con el agricultor conforman una singularidad agraria única en el mundo.
El picón mantiene la humedad que se ha filtrado; no sólo la de la lluvia que haya caído; deja filtrar el rocío de cada noche lleno de sal marina del Atlántico y mantiene el agua generada por él. De ese modo la planta obtiene el grado de humedad necesario para vivir y producir. Sin lava y ceniza no habría parras.

El alisio es un viento cargado de humedad y salinidad. Genera el sereno nocturno que aporta agua a la planta. La salinidad se trasmite a la uva ayudando a dar personalidad y finura al vino.
El hoyo y el muro, que se sitúa en su parte norte, tienen una doble misión. Por lado es un elemento de protección contra el viento que azotaría la vid. Por otro, tiene un efecto térmico pues el aire frio baja y reemplaza al aire que se comenzaba a calentar en el hoyo. De este modo se consiguen temperaturas frescas, no agresivas con las plantas. Las viñas van creciendo y reproduciéndose por acodo dentro de los hoyos o los “chabocos”. Por eso todo lo que tenemos es pie francés prefiloxera.

A todo lo anterior ya sólo le falta el agricultor, que pone la sabiduría, el sudor y el dolor de manos y riñones.
Nuestros anfitriones en esta vendimia, Bodegas El Grifo, nos explican las características de su producción que se elabora en su mayoría con los monovarietales prefiloxericos característicos del archipiélago. Las variedades mayoritarias son la Malvasía Volcánica (exclusiva de Lanzarote) y el Listán Negro (propio del archipiélago canario). Luego poseen variedades minoritarias como el Listán Blanco y la Vijariego. Esta última, es una variedad casi extinta en España; Lanzarote concentra la mayor producción y proviene de la zona de la Alpujarra. Crean en torno a 14 referencias de extraordinaria calidad y personalidad de productos que asombran con la marcada diferencia que tienen con los vinos que degustamos habitualmente en la Península. Es vivir una nueva y muy grata experiencia.

Les dejo como muestra las catas de tres de ellos

Color: Amarillo pajizo, debido a su crianza, limpio y brillante. En el tiempo tornará hacia tonalidades oro.
Aroma: Profundo, maduro, balsámico, recuera a rosas, azahar, eucalipto, ligeramente tostado. Vino complejo y elegante para descubrir.
Boca: Buena entrada, untuosidad y volumen realzan su persistencia, con un final de frescura cítrica.
Color: Rojo granate intenso, de capa media, vino y elegante.
Aroma: Un vino singular, complejo debido al coupage de ambas variedades y a su crianza en roble, frutos rojos como el casis o frambuesa, toques torrefactos de tofe o caramelo. Penetrante y de carácter atlántico debido a su frescura.
Boca: Entrada golosa, fresco y equilibrado, con taninos maduros que alargan su recorrido.
Color: Amarillo pálido, burbuja fina y corona constante.
Aroma: Intenso y limpio de fruta fresca y flores blancas, con pequeños matices de panadería por la crianza sobre lías.
Boca: Paso agradable y fresco; fino y elegante.

Otra de las labores fundamentales en el cultivo de la viña es la poda. Si dejáramos crecer la viña en absoluta libertad, desarrollaría un largo tronco con unos frutos muy menudos y con poca acidez, sin la calidad necesaria para elaborar buenos vinos; por eso la viña necesita ser podada, para que crezca de forma controlada y se regule la producción y calidad de las uvas. La poda se practica en invierno porque es cuando la viña mantiene solo su esqueleto y la savia no circula: está en parada vegetativa. O sea, vuelta a bajar y vuelta a subir….

La Bodega cuenta con un museo del vino y las primitivas instalaciones dependencias y maquinaria. Pero tiene también un acervo cultural reseñable y no sólo por lo adquirido a lo largo de sus 246 años de historia; si no también porque la cultura enológica se respira en la bodega y en su extraordinaria y cuidada biblioteca especializada todo este mundo que es única y que fue inaugurada por el poeta José Hierro en 1998.


Los vinos canarios fueron conocidos y apreciados en el mundo desde el siglo XVI y en la cena que siguió a la declaración de independencia de Estados Unidos en 1776 se sirvió algún vino canario. Y ahora los vinos de El Grifo con su cultura y tradición y su gran labor de investigación alcanzan niveles de calidad y personalidad que sorprenden al degustarlos.
En fin, por favor, no me llamen en unas horas. Ya que estoy aquí, me voy a dedicar a la experiencia de estos vinos.
J.A.G-A.
Me encantó el blanco de el grifo cuando fui a Lanzarote. Es un vino extraordinario poco conocido. En la península no sabe igual, no viaja bien. Estupendo artículo , muy instructivo. Gracias pepe
Un placer escribir y probar estos vinos
Aunque su departamento de I+D trabaja con éxito; lo mejor es que viajes a Lanzarote y disfrutes de sus nuevas creaciones
No he tenido el «placer» de catar los vinos de que nos hablas, pero si son como el reportaje, seguro que son ¡Excelentes!
Un abrazote.
Muchas gracias. Los vinos son excelentes.