Dentro de nuestro estilo de vida el bar es una institución emblemática en España y Portugal. No seríamos como somos sin los bares. Y en estos tiempos de pandemia, Covid y confinamientos, los bares han sufrido mucho y los clientes los hemos añorado a diario. Se merecen este pequeño homenaje por ser parte importante de nuestro estilo de vida y nuestra historia. Un recuerdo y la ilusión de volver a un bar a tomar una copa con amigos.
MERECIDO HOMENAJE AL BAR, AL CAMARERO Y AL CLIENTE.
En otros países hay bares. Pero normalmente son muy semejantes entre ellos; en Inglaterra se parecen hasta en los nombres.
En España, por el contrario, tenemos una permanente evolución de algo tan entrañable para nosotros como los bares, en plural. De la venta al mesón, a la tasca y la taberna, la posada, los vinos y licores, el bar de pueblo y el bar urbano, el bar de copas, el chiringuito o versiones exclusivamente locales como el guachinche, el chigre o el celler , además de un largo etc. Somos ricos en variedad y calidad; una ciencia la de bar en constante evolución. Si a esa ciencia le unimos el arte de las tapas y los pinchos nos encontramos con un verdadero Patrimonio Inmaterial Nacional.

Conocedor de su importancia el poeta Jaime Gil de Biedma les dedicó un pequeño ensayo en el que dice que:
El bar es una estilización urbana de la taberna, nacida en el momento en el que la vida de las ciudades se despoja definitivamente de todo vestigio de ruralismo. La taberna es la expresión de una sociedad cerrada, personalista, en donde todos se conocen y cada cual es hijo de vecino, padre de sus hijos y abuelo de sus nietos; el bar, el exponente de una sociedad abierta hija del individualismo, en donde cada cual es hijo del momento y nadie y todos son forasteros, en donde la mujer ya no es la madre y la hermana. La taberna es el “country cousin” del bar.
Reflexiones valiosas, sin duda.
Disfrutamos de enorme variedad de ellos. Tenemos los de proximidad u hogar:
Niño acércate al bar de Paco y dile a tu padre que venga a cenar.
Los tenemos de franja horaria; para el desayuno, el aperitivo, el cercano al trabajo, aquel de la noche un poco más secreto, e incluso otro algo más transgresor. Hay bares que lo son, que se forjan, tan sólo en función del camarero. El camarero español es único y se merece un monumento.

En los países anglosajones la hostelería es atendida por un “barman”, el hombre del bar. Aquí el hombre no es del bar; el bar es del hombre y de la mujer. De hecho ya la etimología de la palabra camarero refleja su importancia. El camarero era la persona que atendía la “cámara real” y no un hombre de bar. Al buen camarero se le respeta y se le aprecia, es alguien que te puede ofrecer momentos de felicidad, hacerte la vida más agradable. Un ser entrañable.
Un camarero de nombre Josu, del vizcaíno pueblo de Las Arenas cogió el Covid y su evolución fue seguida por los vecinos y también por los medios de comunicación.
Y en un pueblo de Teruel el alcalde fue cesado fulminantemente por ordenar el cierre del bar local. Pocas bromas.
En Portugal y en España los hemos tenido emblemáticos y de elevado nivel intelectual. Algunos para albergar a la “gauche divine”. Otros famosos por sus tertulias literarias; hay escritores que no hubiesen existido sin los bares; los escritores, pintores, músicos se encontraban en los bares en reuniones míticas. Otros han servido para acoger a algún poeta solitario que como José Hierro escribía por las mañanas en un café de debajo de su casa. Siempre escribió en un bar.

El que esto escribe vivía en un piso de Madrid junto a una bonita plaza peatonal con sus bares y terrazas, cuando le apetecía bajar a la plaza se refería a ella así:
Bajo al jardín de casa a tomar una copa, el que quiera ya sabe dónde estoy.
Es divertido sentarte a tomar algo y observar. Puedes reparar en la diferente personalidad de cada uno de los miembros de un grupo juvenil que charlotea animadamente un poco más allá de tu mesa o ver como se inicia una conversación entre dos mesas cercanas. Porque a los bares se va a hablar, a beber, a comer y a hablar animadamente.
Hablar con todos, beber, comer y reírnos es la gran propuesta de valor de la hostelería nacional. ¿Qué sería del futbol y la política sin los bares? ¿Qué sería de la infinidad de chistes sin esos lugares de encuentro? ¡Cuántas parejas y familias, han nacido en un bar.

Si vemos un trozo de playa, en España, enseguida ponemos un servicio fundamental de suministro; eso sí le cambiamos el nombre y le llamamos «chiringuito». Hay otros locales urbanos espléndidos, que lo son de producto y de cuidada especialización. Siempre recordaré aquel lugar de San Sebastián famoso por sus “gin tonics”. Una tarde entró un señor de Bilbao, muy de Bilbao, y pidió el suyo. El camarero orgulloso y profesional comenzó la parafernalia ritual con el limón y su corteza, el hielo y cuando estuvo preparado el bilbaíno señalando al limón le espetó:
Oye, oye a mi quíteme la lechuga.
Ellos configuran nuestras ciudades. ¿Qué ciudad española no tiene su barrio de vinos y bares? Piensen en el Tubo en Zaragoza, el Viejo de San Sebastián, el Húmedo en León, la Latina en Madrid, Pozas en Bilbao, el Carmen en Valencia, Troncoso y Franja en Coruña. En fin, no hay ciudad sin su zona.

Os invitamos a contribuir a este homenaje tan merecido a bares, camareros y a todos los establecimientos de hostelería que tanto han sufrido con la pandemia y a los clientes que vivimos con la ilusión de volver a ver gente, amigos o no, y de charlar en una de sus barras o meses. Os convocamos a sugerir uno o más nombres de bares para ver si homenajeamos a todos. Al fin y al cabo hablamos de unos generadores de alegría, felicidad y amistad.
¿En qué bares nos vemos, abrazamos, charlamos cuando esto termine?
Hagamos una lista enorme, como señal de afecto a los locales preferidos, a los camareros y camareras y por su puesto a los clientes que llevamos tanto tiempo sin ellos.

Como en www.iberianstyle.es nos gustan y profesamos un cariño generalizado, hemos querido comenzar citando cuatro, elegidos por su ubicación en cada uno de nuestros puntos cardinales.
- EN EL ESTE: “EL CACHITO” En el Puerto de Mahón en Menorca
- POR EL NORTE: “EL GOLFO NORTE” En el municipio vizcaíno de Barrika
- AL OESTE: “PETER CAFÉ SPORTS” en Horta, en la Isla de Faial, Azores. Con 120 de años de historia. Para tomar algo allí, al menos, has de recorrer 1000 millas náuticas.
- EN EL SUR : “ROCA NEGRA SUNSET” en Costa Adeje Tenerife Sur.a
Esperamos vuestros comentarios y propuestas. Salud, nos vemos y un abrazo.
Oye, que pagamos a escote.
Si crees que tus amigos se unirían al homenaje, compártelo.
En Madrid, Elcano, de la Calle Lagasca
Yo quiero incluir al BAR STOP de Yaiza Lanzarote. Que cuenta con más de 130 años
Txintxirri, el bar con la mejor tortilla de Bilbao
Uno de mis favoritos es la coctelería Jose Alfredo tragos & cocktails Madrid
El Itxasbide abajo y el Arrantzale arriba , en el Puerto Viejo algorteño.
Para disfrutar caracolillos y rabas frente al mar.
Jurucha. Ayala esquina Claudio Coello. Madrid.
Si señor, esas croquetas, esa tortilla con mayo y sin mayo
Para unas buenas copas Basajaun en Romo. Guecho. Dirigido por el incombustible Mikel.
Siempre estará presente desaparecido RARETO en Nava de la Asunción.
Recuerdo un sitio, no sé si seguirá abierto aún, en el que el entorno del mismo lugar poseía un toque de magia por que sí. Sería el momento, la situación de vida, los hechos que acontecían en esos momentos en la vida del que escribe, pero guardo el mejor recuerdo que tengo de un bar. Podías desde tomar un simple café, hasta tomar una copa del cava más caro, pasando por cócteles hasta un insulso vaso de agua. Schilling, en la calle Ferrán de Barcelona.
Y es Xampanyet de la calle Moncada?.
«El Punto de Encuentro» en Nava de la Asunción.
Botellines, pinchos y espectáculo continuo con su Gran Camarero humorista….
Con permiso de Cachito, Latitud 40, en el puerto de Mahon
La Roca del Pulpo , en La Jaca Tenerife , dirigido por Oscar Luis Rodríguez Hernandez
Cuando podamos ir comemos allí y nos vemos y volveré a disfrutar de ese magnífico y especial lugar que es La Jaca
La Roca del Pulpo , en La Jaca Tenerife, dirigido por Oscar Luis Rodriguez Hernandez , por su comida estupenda , sus esquicitos postres y su gran atendimiento .
«La Paloma» en Oviedo. Buena barra y mejor vermouth.
Sensacional artículo!
Un homenaje merecido por todo un sector al que están sacudiendo sin piedad.
Vaya por todos ellos.
… a compartir tocan.
«El Jero», en Valladolid, una barra llena de pinchos y un personaje detrás de la barra digno de admiración.