Es importante que el arte, la pintura, sea fresca, natural, que te cautive a primera vista. Que los cuadros te produzcan alegría.
EDUARDO VEGA DE SEOANE, TIEMPO DE MIRAR
Siempre es muy grato dedicar un tiempo a conversar con el pintor madrileño Eduardo Vega de Seoane; persona afable y de trato cercano. Un rato de charla tan generosa como su pintura, que brinda al espectador el papel protagonista en la interpretación de la obra.
Eduardo pone la energía y la libertad creativa en sus cuadros. Estos son dos componentes de sus obras; los demás son el lienzo y los colores. Porque es un pintor que cree firmemente que en el arte cada uno hace lo que quiere, que no hay recetas generales que todos sigan para hacer lo mismo, no. Él transforma energía en imágenes. El arte permanecerá en el tiempo; siempre va a estar ahí. En este caso porque procede de la energía de Eduardo, que ni se crea ni se destruye, sólo se transforma.
No comparto el concepto de arte abstracto o figurativo. Me parece una división muy rígida de la pintura. Creo más en la idea de la pintura en libertad.


Sin que se sienta directamente influenciado por el expresionismo abstracto americano, sí podemos decir que descubrimos elementos semejantes en nuestro pintor y en aquel movimiento neoyorkino del 45, de la postguerra. En ambas obras nos encontramos con un marcado carácter expresivo, un gesto individualista y la abstracción como materialidad del cuadro. Es posible que esté más influenciado por Kandinsky.
Que te expliquen previamente lo que tienes que ver en un cuadro, me parece el colmo. Y eso ocurre en el arte conceptual que es lo contrario a la libertad que yo pretendo. Te dan una idea y la idea es lo importante.
De ese modo exportan al arte ideas de otros ámbitos como la política o la sociología. Ideas que están fuera de lugar en las bellas artes. Eso unido a que las tecnologías están sustituyendo a la mano del artista se genera en la actualidad un panorama artístico aburrido, de escaso interés y calidad y del que nuestro pintor de hoy es una excepción.

COMENZÓ EDUARDO YA EN LA ABSTRACCIÓN
Nació con un abstracto algo barroco, para pasar a tener algo de figurativo y hoy en día desarrolla una pintura algo más lírica. Pero en cualquier caso tras 40 años pintando es innegable que ha creado su propio lenguaje y su propia voz. Algo muy de agradecer cuando vivimos un momento un poco tonto que el vas a museos y exposiciones y te ponen cosas aburridísimas que no dicen nada.


NUESTRO AMIGO TIENE UN SINGULAR PROCESO CREATIVO
Comienza con una imponente sensación de grandeza al ponerse ante un gran lienzo en blanco; se puede hacer lo que se quiera en él. Pero es un pintor honesto que adopta con humildad la difícil tarea de hacer un buen cuadro. Y eso se percibe en su obra, que está trabajada con dedicación, con la honestidad y la humildad del que tiene que recorrer un difícil camino hasta obtener el resultado previsto meses atrás. Afirma que hay que tener muy claro lo que se quiere hacer en el cuadro para que la pintura resulte fresca. No es un pintor de los que producen a la primera, ya que la pintura a la primera suele quedar un poco superficial. A él le gusta poder elaborar, ir poco a poco, trabajando con humildad ante el arte y con honestidad creativa.
Me obligo a pintar varios cuadros a la vez, necesito llegar con la cabeza fresca a los cuadros y no cansarlos. Tengo los cuadros contra la pared porque si veo mucho alguna obra sin hacerle nada, luego me cuesta mucho trabajar algo en ella. Las formas y lo hecho, acaban teniendo mucha fuerza y eso me impide intervenir ahí.
Lo bueno del arte es que está vivo siempre, con independencia de cuando se haya hecho. Los cuadros de Velázquez, por ejemplo, están vivos. La intensidad de esa vida de los cuadros que vemos hoy es la que provoca que te cautiven con prontitud.

En los cuadros influye tu vida, tu herencia personal, no alguien a quien se ha de tener como un ídolo. Eduardo se nutre de la energía para hacer cosas distintas; viaja, visita sitios nuevos y de ahí saca entonaciones, coloridos distintos, nuevas creaciones. Le gusta estar en sitios en los que nunca antes ha estado y hablamos de un posible viaje a Las Merindades en donde pueda ver y miras cosas nuevas. Ya que es tiempo, como dice, de poder mirar mucho. Poder mirar, poder leer y así poder pintar cosas nuevas y es que:
Es un lujo ser pintor y muy aburrido jubilarse.


De entrada las próximas citas para disfrutar de la pintura de Eduardo Vega de Seoane, son en julio en San Sebastián y en septiembre en Barcelona, y por supuesto desde iberianstyle.es proponemos su visita, un buen plan que no hay que perderse.