Tenemos una historia repleta de interés humano, con unos personajes protagonistas de gran relevancia. Pintores como Picasso, Tapies, Dalí o Vilató, médicos como los doctores Reventós además de Barcelona, la pintura, la cultura y la medicina que se entrecruzan en un relato fascinante.
LA FUNDACIÓN PICASSO REVENTÓS

HISTORIA DE UNA AMISTAD Y DE COMO MEZCLAR PINTURA Y MEDICINA
A principios del S.XX un joven Pablo Picasso pintaba y disfrutaba de la vida en Barcelona. Esto último lo solía hacer en compañía de amigos entre los que se encontraban Ramón Reventós, hombre de la bohemia, periodista y escritor y también su hermano el médico Jacinto Reventós. Entre veladas en La Guayaba o Els 4 Gats y almuerzos en la casa familiar de estos dos hermanos, se fraguó una relación de amistad que tiene ya más de cien años de historia e implica a cuatro generaciones de ambas familias.


Una historia de amistad que ha sido fértil en libros, investigación médica, divulgación cultural y, por supuesto, en cuadros. Sobre todo ello hemos hablado con Jacinto Reventós, nieto del mencionado doctor y actual vicepresidente de la FUNDACIÓN PICASSO REVENTÓS, que creó su padre, para que nos ilustre sobre esta interesante historia que tuvo su primera simbiosis entre pintura y libro en 1947, cuando Picasso puso su empeño en editar y publicar en París un libro con dos relatos de Ramón e ilustraciones del propio pintor malagueño.


El Dr. Cinto Reventós fue una persona de gran relevancia en Barcelona, en la que encarnaba y representaba el máximo exponente de la especialidad de neumología, en una época en la que la tuberculosis era la principal preocupación de la ciencia médica pulmonar. Era un hombre de gran componente humano y perfecto ojo clínico, algo fundamental en una medicina, la de entonces, no procedimentada ni pautada.
Un día se presentó en su consulta un Dalí consternado y preocupado por su salud; el doctor le examinó y al terminar Dalí quedó demudado al escuchar:
“Usted está perfectamente, no tiene nada. Sin embargo el que está enfermo es la persona que le acompaña”.
Era René Crevel, que murió tuberculoso.
El Dr. Cinto visitó a gente muy dispar, desde pintores como Nonell, a políticos como Cambó, al futbolista Kubala o a un sobrino de Oscar Wilde.

Con la tuberculosis ya superada en la sociedad, fallece el neumólogo Jacinto Reventós en 1967 y Picasso como ayuda para editar un libro a la memoria de su amigo le regala al hijo de este, cirujano pulmonar, la placa de un grabado destinado a sufragar los gastos de edición del libro Recordando al Dr. Reventós que escribió el propio hijo del médico, el Dr. Jacinto Reventós Conti, que promovió y creó la Fundación y que estaba casado con Ana Gil de Biedma, hermana del poeta barcelonés.

Poco después para otra publicación, la de un libro sobre la historia de la neumología, se volvió a repetir el mismo esquema con la aportación por parte de Picasso del grabado de un Mosquetero. Este modelo de colaboración entre el pintor y el segundo doctor Reventós para editar libros funcionó y fue el origen de la FUNDACIÓN PICASSO REVENTÓS que desembocó en un canal de colaboración de diversos artistas con el desarrollo de la ciencia médica pulmonar.
El pintor malagueño donó un óleo de la época azul La Mujer Muerta (hoy en el Museo Picasso de Barcelona) para ayudar en proyectos de investigación médica. Un cuadro que tiene su génesis en una visita que hizo con su amigo Cinto a las salas de neumología del Hospital de San Pablo y donde quedó impresionado con la faz de una mujer fallecida. Otros estudios científicos se llevaron a cabo gracias a la colaboración de otros pintores como Miró, Dalí o Tapies, que aportaron obras para obtener fondos destinados a la investigación científica.


Por lo tanto, tres han sido los objetivos de la fundación; la edición de libros, la divulgación de la cultura y pintura y la investigación médica así como dotar de medios al servicio de neumología del Hospital de San Pablo de Barcelona. Como tres fueron los impulsores de la misma. Jacinto Reventos Contí, el propio Picasso y la familia Vilató Ruiz Picasso que vivía en Barcelona.


Hoy en día, pensar en desarrollo científico con este tipo de iniciativas privadas sería inimaginable. Así como ocurre que el problema de los libros, en la actualidad, no es la edición sino la distribución. Por ello, la Fundación continúa hoy trabajando en otros proyectos relacionados con la mejora del entorno de los enfermos, con un patronato que se divide en tres partes; médicos, gente del mundo del arte como galeristas y pintores y las familias Picasso y Reventós.
Procede en este momento hacer mención a la familia Vilató Ruiz Picasso. Lola Ruiz Picasso, hermana de Pablo, se casó con otro médico y tuvo seis hijos, de los cuales dos fueron pintores; Josefin y Javier Vilató. Mantuvieron presencia en la Fundación y conservaron la amistad entre las dos familias hasta la actualidad.
Por cierto, que en la Sala Vilató del Museo Picasso de Barcelona hay una exposición sobre una de las primeras y más importante modelo de Picasso, su hermana Lola, que estará abierta hasta el 27 de febrero del 2022.


Para Joséfin (firmaba J.Fin) y para Javier no debió ser fácil ser pintores y sobrinos de, ya que la comparación se debía hacer inevitable. Pero la relación personal entre tío y sobrinos fue muy intensa y familiar; el componente andaluz de la familia les hacía ser un poco clan bullicioso en sus relaciones.
J.Fin (Barcelona 1916) murió en Paris a los 53 años. Esa muerte temprana truncó la creación de una obra pictórica y de grabados de una personalidad intensa y una expresión surrealista dentro de una pura abstracción.


Javier Vilató (Barcelona 1921 – París 2000) tuvo tiempo de convertirse en un pintor reconocido internacionalmente con presencia en el Moma, el Pompidou o el Reina Sofía y logró crear una forma de expresión personal para explicar el mundo que se mantiene en la figuración a pesar de las corrientes hacia lo abstracto propias de los tiempos que le tocó vivir.
Considero interesante invitar a los lectores a acercarse a la obra de estos dos hermanos con pintura en sus venas. Merece la pena conocerlos.
J.G-A
Agradecimiento. A los hermanos Jacinto y Ana Reventós Gil de Biedma por sus explicaciones y por facilitar un interesante material gráfico.
