VIVIR EN UN PUEBLO, MORIR EN LA CIUDAD
Los pueblos son así. Ni mejores ni peores que las grandes ciudades. Y no es posible pretender que las deficiencias de unas y de las otras se resuelven en las urbes intermedias que son poco menos “un quiero y no puedo” en el que el anonimato se pierde lo mismo que el sentido de pertenencia a la colectividad